Es frecuente encontrar en la consulta actitudes de hostilidad y desconfianza
en los chicos adoptados y acogidos. Actitudes y sentimientos que se traducen en
conductas de rebeldía y violencia hacia sus padres y cuidadores. En no pocas
ocasiones, rastreando estas actitudes, encontramos en los chicos una pregunta
sin resolver sobre su historia de vida.
La pregunta del niño gira alrededor de los motivos que dieron lugar a la
toma de medidas de protección por parte de las Entidades Públicas responsables,
así como en torno a las motivaciones que empujaron a sus padres y cuidadores a
incorporarlos en su vida.
Tengamos siempre presente que, aunque las circunstancias que llevan a la
adopción y al acogimiento familiar son muy diversas, todas comparten la ruptura
de la convivencia con la familia de origen provocada por una acción
administrativa o judicial. Tengamos también en consideración, que protegemos al
niño, pero las decisiones que en un momento dado se tomaron pensando en él,
fueron sin contar con él. Esta
circunstancia supone dificultades en el menor para “apropiarse” de su condición
de adoptado o acogido, viviendo el evento trascendental de ruptura con su
familia de origen como algo extraño a él, a lo que le cuesta dar significado en
su historia.
En este escenario surgirán dudas y enigmas, que sin la adecuada compañía
alentarán fantasías muy negativas de rapto, robo o apropiación por parte de las
personas que les cuidan…etc. Fantasías que generan un fondo de desconfianza y
hostilidad que pueden traducirse en problemas de convivencia.
Así, este aspecto, que hemos llamado “extrañamiento de la medida” introduce
una necesidad central en el menor; necesidad de saber y dar un sentido a los
importantes giros de destino al que el sistema de protección le ha sometido.
Por lo tanto, en el caso del acogimiento familiar y de la adopción uno de
los aspectos más importantes es dar cuenta al niño de los motivos y las razones
que sostienen el hecho de porqué ha llegado a formar parte de nuestra familia, para
que éste, a lo largo de su recorrido vital se apropie de su propia historia,
que la haga suya.
El abordaje de este
aspecto, difícil sin lugar a duda, es el aspecto fundamental de la construcción
de sus orígenes y la elaboración de su historia de vida.
Se hace ineludible
para el menor, conocer, compartir e investigar con padres y guardadores la información
en torno a los hechos y circunstancias que fundamentaron la toma de medidas de
protección y de porqué ellos mismos eligieron ampliar la familia por esta vía.
El abordaje de este
aspecto contribuye a:
Evitar
disociación y fragmentación de la vida emocional y relacional.
Generar
un vínculo seguro.
Reparar
los posibles daños sufridos en el pasado y sus consecuencias.
En resumen, una de las responsabilidades más importantes que supone ser
padre o guardador es la de ayudar a nuestros
hijos o a los menores que tenemos bajo nuestra guarda a descifrar el mundo que
les rodea, y en último término dar sentido a su vida.
Juan Alonso Casalilla Galán. Psicólogo. Psicoanalista. Especialista en Adopción y Acogimiento Familiar