lunes, 9 de abril de 2018

HOSTILIDAD Y DESCONFIANZA DEL MENOR ADOPTADO Y ACOGIDO: EL EXTRAÑAMIENTO DE LA MEDIDA DE PROTECCIÓN COMO DIFICULTAD PARA FUNDAR UN VINCULO SEGURO Y REPARAR DAÑOS DEL PASADO.


Es frecuente encontrar en la consulta actitudes de hostilidad y desconfianza en los chicos adoptados y acogidos. Actitudes y sentimientos que se traducen en conductas de rebeldía y violencia hacia sus padres y cuidadores. En no pocas ocasiones, rastreando estas actitudes, encontramos en los chicos una pregunta sin resolver sobre su historia de vida.

La pregunta del niño gira alrededor de los motivos que dieron lugar a la toma de medidas de protección por parte de las Entidades Públicas responsables, así como en torno a las motivaciones que empujaron a sus padres y cuidadores a incorporarlos en su vida.

Tengamos siempre presente que, aunque las circunstancias que llevan a la adopción y al acogimiento familiar son muy diversas, todas comparten la ruptura de la convivencia con la familia de origen provocada por una acción administrativa o judicial. Tengamos también en consideración, que protegemos al niño, pero las decisiones que en un momento dado se tomaron pensando en él, fueron sin contar con él.  Esta circunstancia supone dificultades en el menor para “apropiarse” de su condición de adoptado o acogido, viviendo el evento trascendental de ruptura con su familia de origen como algo extraño a él, a lo que le cuesta dar significado en su historia.

En este escenario surgirán dudas y enigmas, que sin la adecuada compañía alentarán fantasías muy negativas de rapto, robo o apropiación por parte de las personas que les cuidan…etc. Fantasías que generan un fondo de desconfianza y hostilidad que pueden traducirse en problemas de convivencia.

Así, este aspecto, que hemos llamado “extrañamiento de la medida” introduce una necesidad central en el menor; necesidad de saber y dar un sentido a los importantes giros de destino al que el sistema de protección le ha sometido.

Por lo tanto, en el caso del acogimiento familiar y de la adopción uno de los aspectos más importantes es dar cuenta al niño de los motivos y las razones que sostienen el hecho de porqué ha llegado a formar parte de nuestra familia, para que éste, a lo largo de su recorrido vital se apropie de su propia historia, que la haga suya.

El abordaje de este aspecto, difícil sin lugar a duda, es el aspecto fundamental de la construcción de sus orígenes y la elaboración de su historia de vida.

Se hace ineludible para el menor, conocer, compartir e investigar con padres y guardadores la información en torno a los hechos y circunstancias que fundamentaron la toma de medidas de protección y de porqué ellos mismos eligieron ampliar la familia por esta vía.

El abordaje de este aspecto contribuye a:

Evitar disociación y fragmentación de la vida emocional y relacional.
Generar un vínculo seguro.
Reparar los posibles daños sufridos en el pasado y sus consecuencias.

En resumen, una de las responsabilidades más importantes que supone ser padre o guardador es la de ayudar a nuestros hijos o a los menores que tenemos bajo nuestra guarda a descifrar el mundo que les rodea, y en último término dar sentido a su vida.


Juan Alonso Casalilla Galán. Psicólogo. Psicoanalista. Especialista en Adopción y Acogimiento Familiar 

4 comentarios:

  1. Me parecen muy interesantes tus artículos, por eso me disculpo de antemano por mis comentarios sobre experiencias en escasísimas ocasiones que tuve, podría decirse en ‘pre-acogida’, con un niño de 9 años (entonces).
    En cierta ocasión lo lleve al museo de ‘ciencia y tecnología’ y el niño estaba un poco distante. Después de preguntarle en varias ocasiones que le pasaba, se puso a llorar. Aunque lo sospechaba, sus lágrimas me confirmaron que era porque se acordaba de su madre y debía pensar que le quería robar el puesto. Yo le dije: ”mira, yo lo único que quiero es que en lugar de estar en la residencia, te lo pases bien conmigo, pero entiendo que cuando te lo pasas bien eches de menos a tu madre, porque tu madre es la persona que más te quiere y tú también la debes querer más que a nadie”.
    El comentario fue mano santa y pasamos la tarde sin ningún otro incidente.

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    1. Estimado Chales, gracias por tus comentarios los cuales denotan una lectura atenta, es un privilegio tener interlocutores como tú, como bien conoces desde tu perspectiva, el mundo de la infancia que está bajo una medida de protección es muy complejo.
      Un abrazo

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  2. Tras el curso realizado contigo en el día de hoy nos quedan muchas cosas por reflexionar y apropiar. Escuchar a los niños no es hacer lo que ellos quieren pero si saber leer lo que piden. Estamos en un campo donde hay falta de certezas pero las referencias y propuestas se basan en hipótesis y en un saber que nos da la experiencia. No tenemos la verdad como técnicos para intervenir pero si la capacidad de detectar indicadores. Bonito ejemplo el de Chales donde desde la empatía, el acompañamiento y la capacidad de mentalización se puede llevar una situación hacia un buen proceso. Imaginamos que el adulto se centra en poner límites desde la rigidez como hubiese transcurrido la misma situación. Eso es trabajar la historia de vida como algo dinámico desde los emergentes y los imprevistos.

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    1. gracias por tu comentario y perdona la demora en contestarte.
      Sólo cuidando, es decir respetando las producciones y ocurrencias de los niños podemos ser una buena compañía.
      Creo que traes muy bien el tema que obsesiona a los adultos en general "los limites"...decía un viejo maestro que a veces como los adultos no saben que hacer con los chicos se ocupan en educarlos...
      Los niños respetan o obedecen a quien les cuida
      Todo esto se articula con los emergentes, momento privilegiado para elaborar la historia de vida, pues son "ventanas" puntuales que se abren...una vez cerradas se pierde la oportunidad...pero no hay que angustiarse, pues si estamos cerca otra oportunidad surgirá.

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