lunes, 13 de enero de 2020

EL FUNDAMENTO DE LA RELACIÓN EN ADOPCIÓN Y ACOGIMIENTO FAMILIAR: EL LUGAR DE LA DEUDA Y LA GRATITUD CON EL ORIGEN


Algo que preocupa y ocupa de manera constante a los adultos implicados en adopción y acogimiento familiar, es entender cuáles son los fundamentos del lazo que les une y unirá a sus hijos, o a los niños que acogen como guardadores.

En esta reflexión quiero poner de manifiesto un aspecto fundamental de la relación y que apunta a la razón de ser de lo que nos une a hijos y menores que están bajo nuestra guarda. Este aspecto es que a los niños se les separa de su familia biológica sin que en la inmensa mayoría de los casos ellos tomen parte en esta decisión tan trascendente. Esta decisión de separar al niño de su familia y entregarlo a otra, sin su participación, tendrá un eco en toda la existencia del chico que debe ser tenido muy presente para fundar una relación positiva con él.

Recordemos que, aunque las circunstancias que llevan a la adopción y al acogimiento familiar son muy diversas, todas comparten la ruptura de la convivencia con la familia de origen, provocada por una acción administrativa o judicial no consentida ni asumida por parte de la familia de ésta en la mayoría de los casos. No siempre hay un abandono y en muchos casos existen padres y familiares que desean sinceramente hacerse cargo de los niños…aunque no puedan por sus circunstancias. Tengamos en consideración, que protegemos al niño, pero las decisiones que en un momento dado se tomaron pensando en él, fueron sin contar con él.  Esta circunstancia supone dificultades en el menor para “apropiarse” de su condición de adoptado o acogido, viviendo el evento trascendental de ruptura con su familia de origen como algo extraño y ajeno a él, a lo que le cuesta dar significado en su comprensión de la historia.

No me canso en recordar a los adultos que se dirigen a la adopción y al acogimiento que, desde cierto punto de vista, el niño, antes de la medida de protección lo tiene "todo" y que cuando el niño se incorpora a sus vidas le enfrentamos a "una nada". Desde su punto de vista es un acontecimiento por descifrar gracias a nuestra compañía.

Así, esta situación nos coloca a padres, guardadores y profesionales en una situación de endeudamiento en el sentido de que
  • Debemos una buena explicación.
  • Debemos gratitud porque el niño ha cumplido un deseo en nuestras vidas.
  • Debemos "una vida mejor".

Por lo tanto la relación verdadera solo puede fundamentarse en el reconocimiento por parte de padres y acogedores de la deuda adquirida, deuda que se instaura con la llegada del niño a sus vidas.  



Cada una de estas tres dimensiones de la deuda merece un desarrollo que abordaré en próximas entradas.

6 comentarios:

  1. Muy interesante! Ojalá continúes escribiendo, veo que hacer tiempo no escribías.
    Son un regalo y adquirimos esas deudas, que marcan nuestro camino

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por la escucha. Me alegra que haya despertado tu interés y espero seguir compartiendo estos breves texto para seguir reflexionando.

      Un saludo

      Eliminar
  2. ¡¡¡ Bien!!! Has vuelto a escribir y... te copio.
    Bsss

    ResponderEliminar
  3. Tienes mucha razón, y son aspectos muchas veces dejados de lado por las familias. Incorporamos un menor a una familia que no es la suya, que no la ha elegido y pierde a la que tenía o el lugar que ocupaba. Hay mucho que explicarles y mucho que agradecerles. El niño siempre merece más

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Paula por tu comentario. Escucha, gratitud y compañía...quizás sea la clave más importante.

      Eliminar
  4. Estupendo el artículo y la perspectiva. ¡Ojalá lo viera todo el mundo y dejaran de decirles a l@s adoptad@s la suerte que han tenido en "encontrarse" con su familia adoptiva!

    ResponderEliminar