En adopción internacional el proceso de adquisición de la lengua materna se interrumpe abruptamente en su aprendizaje y es sustituido por una segunda lengua. Si una lengua
no se utiliza y carece de valor funcional desaparece. Es por lo que en un niño
adoptivo (dentro del primer año en su nuevo hogar) la lengua materna se
extingue rápidamente y la nueva lengua asume sus funciones.
El
idioma de origen, en muchas ocasiones, no tiene ningún significado funcional para el niño, mientras
que necesitan el idioma en el que están
inmersos plenamente funcional para su adaptación material y relacional. Su anterior idioma, en
la inmensa mayoría de las ocasiones, no será apoyado (hablado) por su nueva familia,
sin embargo esa misma familia le proporcionará el modelo de lengua actual apropiado.
La
enseñanza de su lengua de origen o
apoyos para el mantenimiento de la misma (para sólo una parte del día y sin el lenguaje
de la familia) conducirá en no pocas
ocasiones a una turbación en la comunicación y a generar confusión. En este caso, el esfuerzo por el mantenimiento
de la lengua, sería un gasto de tiempo y recursos cuestionable así como una posible interferencia en el estudio
del idioma del nuevo país en el
que están inmersos. El vínculo lingüístico favorece el apego y el niño que aún
no tiene rudimentos del nuevo idioma con
el que se comunica con sus padres puede percibir mensajes contradictorios. No pocos chicos rechazan el mantenimiento de su lengua original porque fantasean que se les prepara para un posible "retorno".
Una
frecuente y errónea comparación a este respecto es la que se hace con niños
inmigrantes. Para los niños de familias inmigrantes, la adquisición de una
nueva lengua a menudo está basada en un
modelo “aditivo”, se dará una
relación dinámica entre las primeras y segundas lenguas, pudiéndose
cambiar su predominio, su importancia subjetiva y su dominio relativo. Cuando
la segunda lengua es agregada a las habilidades del niño sin peligrar
sustancialmente su lengua materna llamamos este el modelo “aditivo” de
bilingüismo ya que son familias inmigrantes con su lengua materna totalmente
funcional. Este no es el caso de la adopción.
Así puede
ser una dirección errónea, la educación y actividades bilingües relacionadas
con la lengua de origen, que se realizan en muchos lugares (dirigidos por una
mal entendida prescripción de conservar la cultura y raíces, o bien por
considerar el idioma inicial del menor como un “valor añadido” del currículo
futuro del menor). Así a la hora de fomentar
la conservación de su lengua es necesario tomar en consideración la edad del
niño, el valor funcional de su lengua, el significado vincular de la misma…etc.
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