viernes, 20 de abril de 2012

ADOPCIÓN: EL APRENDIZAJE DE UNA NUEVA LENGUA


  Algunos aspectos específicos en Adopción Internacional.
 

Función comunicativa – función cognitiva.
El lenguaje, entendido como capacidad simbólica, es una de las capacidades humanas más poderosas y al mismo tiempo es el atributo que puede manifestarse como más frágil. Por otra parte está profundamente arraigado en nuestro ser como ninguna otra capacidad psicológica al vehicular nuestras relaciones con los otros y con el mundo. Para su existencia y desarrollo depende del entorno social y cultural en el que estamos inscritos.
A efectos expositivos podríamos distinguir tres funciones principales del lenguaje:

1.      La comunicación.

2.      La autorregulación.

3.      La operación cognoscitiva (pensamiento).

Muchos niños procedentes de la adopción probablemente hayan escuchado y hablado poco en su lengua materna y tengan un lenguaje limitado, su desconocimiento de la propia lengua puede estar ligado a la falta de vínculos de comunicación y de intercambios afectivos. Algunos niños pueden presentar trastornos en la adquisición del lenguaje, porque el desarrollo del lenguaje está condicionado por la interacción entre el niño y los demás. Un niño con escasa interacción con figuras adultas estables va a presentar dificultad en el desarrollo del lenguaje.
Una vez que los niños se han adaptado a su nueva realidad y se ha consolidado el proceso de apego a su familia adoptiva se observan grandes progresos en la evolución de la nueva lengua, un buen indicador de los cambios que producen las interacciones relacionales que están teniendo con adultos estables. 
El lenguaje coloquial que permite la interacción con los otros suele adquirirse con bastante agilidad (función comunicativa).
No sucede lo mismo con la comprensión de conceptos de mayor complejidad. En algunas ocasiones, y aunque los niños hayan adquirido un elevado nivel de comprensión y expresión en la nueva lengua, pasado un tiempo pueden presentarse dificultades para:

·        Comprender términos abstractos.

·        Comprender historias de lecturas más complejas.

·        Seguir instrucciones multi-secuenciales.

·        Comprender preguntas conceptuales o hipotéticas.

Vemos como el desarrollo de habilidades lingüísticas más abstractas (función cognitiva) está más comprometido en los menores adoptados. Puesto que el lenguaje escolar es un lenguaje más descontextualizado y su comprensión no viene dada por la situación comunicativa concreta, la comprensión de conceptos en el aula irá por detrás de lo que podríamos esperar observando sus habilidades comunicativas.

Conservación de la lengua original. 

El tema de la conservación de la lengua del país de origen en los menores adoptados ha sido un problema no suficientemente debatido, y se ha resuelto con celeridad sin haber entrado en algunas consideraciones que pueden matizar la oportunidad de fomentar  su aprendizaje y uso.
Por un lado existe un consenso generalizadode que los niños que inician el aprendizaje de otras lenguas en edades tempranas tendrán más facilidad para ser bilingües o plurilingües y que incluso el aprendizaje de varias lenguas en paralelo beneficia el desarrollo cognitivo y los aprendizajes. 
Sin embargo en adopción el proceso de adquisición de la lengua materna se  interrumpe abruptamente en su aprendizaje y   es  sustituido por una segunda lengua. Si una lengua no se utiliza y carece de valor funcional desaparece. Es por lo que en un niño adoptivo (dentro del primer año en su nuevo hogar) la lengua materna se extingue rápidamente y la nueva lengua  asume sus funciones.
El idioma de origen, en muchas ocasiones, no tiene ningún significado funcional o sentido personal para  el niño, mientras que necesitan el  idioma en el que están inmersos plenamente funcional para su adaptación a la nueva realidad  material y relacional. Su anterior idioma, en la inmensa mayoría de las ocasiones, no será apoyado (hablado) por su nueva familia, pero esa misma familia le proporcionará el modelo de  lengua actual apropiado.
La enseñanza de su lengua de origen  o apoyos para el mantenimiento de la misma  (para sólo una parte del día y sin el lenguaje de la familia)  conducirá en no pocas ocasiones a una turbación en la comunicación  y a generar confusión.  En este caso, el esfuerzo por el mantenimiento de la lengua, sería un gasto de tiempo y recursos así como impedir el estudio del niño del  idioma del nuevo país en el que están inmersos. El vínculo lingüístico favorece el apego y el niño que aún no tiene rudimentos de nuevo idioma  con el que se comunica con sus padres puede recibir mensajes contradictorios.
Una frecuente y errónea comparación a este respecto es la que se hace con niños inmigrantes. Para los niños de familias inmigrantes, la adquisición de una nueva lengua a menudo está basada en un   modelo “aditivo”, se dará una  relación dinámica entre las primeras y segundas lenguas, pudiéndose cambiar su predominio, su importancia subjetiva y su dominio relativo. Cuando la segunda lengua es agregada a las habilidades del niño sin peligrar sustancialmente su lengua materna llamamos este el modelo “aditivo” de bilingüismo ya que familias inmigrantes con su lengua materna totalmente funcional. Este no es el caso de la adopción.
Puede ser una dirección errónea, la educación y actividades bilingües relacionadas con la lengua de origen, que se realizan en muchos lugares (dirigidos por una mal entendida prescripción de conservar la cultura y raíces, o bien por considerar el idioma inicial del menor como un “valor añadido” del currículo futuro del menor).
Así a la hora de fomentar la conservación de su lengua es necesario tomar en consideración la edad del niño, el valor funcional de su lengua, el significado vincular de la misma…etc.

Juan Alonso Casalilla Galán. Psicólogo.

  







 

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