Juan Alonso Casalilla Galán. Psicólogo. Especialista en Adopción.
La
incorporación del nuevo miembro, no sólo supone un esfuerzo para el niño. Los
padres y madres, como responsables del proceso,
tendrán que gestionar
adecuadamente estos cambios para generar
un adecuado clima de convivencia familiar. Para ello
no debemos perder de vista:
1º Los cambios
que van a tener lugar en el ámbito de los hábitos cotidianos: la incorporación de nuevos miembros supone adaptar nuestras rutinas a
las necesidades de éstos, así como incorporar recursos nuevos para satisfacer
estas necesidades. El necesario incremento de las tareas en casa puede suponer
requerimientos que nos dejen agotados, si no contamos con los apoyos adecuados.
En la mayoría de los casos las familias monoparentales tienen un reto añadido a
este respecto.
En
este punto se revelarán como determinantes los apoyos externos, los cuales tendremos que movilizar.
El apoyo de la familia extensa, se revela como fundamental en este sentido.
“Al
comienzo más que dudas, al principio fueron “agobios”. De pronto no tienes tiempo para nada y la
responsabilidad de cuidar bien a
Sonia y de sacar tiempo para
jugar, la rehabilitación… ella hizo que me agobiara.”
2º Cambios en la auto-percepción como familia: aunque la percepción de la adopción ha cambiado radicalmente durante
los últimos años, y se ha pasado del tabú, a la máxima visibilidad, ello no
quiere decir que el entorno social comprenda bien el significado profundo de la
misma.
Muchas
familias se encuentran con esto en los primeros momentos de incorporación de
sus hijos adoptivos. Miradas curiosas, preguntas “extrañas” desde su punto de
vista, comentarios no muy apropiados
como “¿cuánto os ha costado?” “habéis hecho una obra de caridad
admirable”… y así todo lo que pudiéramos imaginar. La ausencia de tabú no corre pareja con la comprensión de esta forma
distinta, pero igual en sus efectos, de
ser padre. Es nuestra responsabilidad manejar estas situaciones adecuadamente,
así como enseñar a nuestros hijos a hacerlo.
Participar
en grupos de padres que están en la misma situación puede resultar de ayuda a
este respecto. Cada día son más las administraciones públicas, entidades
colaboradoras, recursos de apoyo post-adoptivo que organizan grupos con el
objetivo de ayudar a los padres en este tránsito.
En
algunos ámbitos deberemos superar más retos que las otras familias. Debemos en
este punto reconocer que hemos optado por un modelo de paternidad minoritaria,
rodeada de mitos y fantasías, exigente y
carente de modelos eficaces asentados en nuestra sociedad.
3º Que en el
caso de las parejas, la incorporación de
un nuevo miembro, supone un reajuste de la misma pues
a los factores arriba mencionados se suma una redistribución de roles y tareas.
Tener hijos pone a prueba el proyecto de pareja, es una tarea común ineludible que pondrá de manifiesto la capacidad para tomar
decisiones conjuntas, negociar, redistribuir roles y tareas. No pocos problemas
nacen del desacuerdo en pautas educativas, distribución de tareas…etc. Produciéndose la deserción de uno de los
miembros, y la consiguiente sobrecarga del otro. A este respecto es muy
importante que la pareja tenga capacidad para flexibilizar los roles que
desempeña para no sobrecargar a uno de los miembros.
No
olvidemos en este punto que para muchos niños que se incorporan a sus nuevas
familias, el modelo de una pareja funcional, unida y capaz de tomar acuerdos
conjuntamente es desconocido. El hecho de que el niño os viva como pareja que
tiene una relación fuerte y cariñosa es
un elemento de seguridad para él además de un modelo que probablemente
desconoce.
Un buen consejo para las parejas es que os
preparéis para los cambios, reservar espacios y tiempos exclusivos para
vosotros, sois padres, no dos cuidadores entregados. Además el hecho de que el
niño os viva como pareja que tiene una relación fuerte y cariñosa es un
elemento de seguridad para él, además de un modelo de relación que quizá nunca
ha conocido.
Existen
áreas del lado de los padres que deben ser cuidadas para generar un adecuado
clima familiar. El ineludible incremento de tareas y el cambio de algunos
aspectos relacionales en la familia
suponen retos para los cuales no debemos dudar en buscar ayuda externa y
la compañía de otros.
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