“No es el sufrimiento en sí mismo el que hace
madurar al hombre, es el hombre el que da sentido al sufrimiento.” Viktor Frankl
Qué ocurre cuando se
producen rupturas, separaciones que por cualquier circunstancia impiden que
permanezcamos en la familia en la cual nacimos. Esta pregunta que toda persona que ha pasado
por una medida de protección se hace, es una pregunta que debe ser contestada y
construida por ella misma. Las personas que han
pasado por esta circunstancia necesitan tener un relato, una historia que de sentido a este suceso excepcional. Consiste en
construir una historia, un relato que dé sentido a la existencia pasada y
presente, un porqué coherente que
articule y explique esa situación tan excepcional que le ha tocado vivir. Debemos
tener en cuenta que llega un momento en que no es suficiente con la historia
que nosotros le damos.
Muchos chicos llegan
a la adolescencia con ideas muy vagas sobre el motivo por el cual no viven con
su familia de origen, en su cabeza sólo
cuentan con un “titular” del tipo no me
pudieron cuidar, no contaban con recursos económicos...En fin informaciones
muy generales y confusas que alientan en ellos las fantasías de rapto, robo y
de una actuación arbitraria e injusta por parte de las administraciones que
participaron en construir su destino. Son en muchas ocasiones informaciones tan
parciales y escasas que no le sirven para dar cuenta de por qué no ha podido
crecer y criarse con la familia de la cual procede biológicamente.
Por otra parte
debemos tener en cuenta que llega un momento de la vida en que no nos sirve la
historia que nos es dada y debemos construir y conquistar nuestra propia
historia.
En
este sentido es bueno que los chicos llegada la adolescencia puedan tener
acceso a las informaciones que sustentaron las actuaciones protectoras. Esto les
permitirá tener los materiales con los que construir su historia, una obra de la que realmente pueda apropiarse. El
acceso a la historia de uno, permite al chico singularizarse, construir una
identidad realmente propia.
Recordemos que en
muchas ocasiones los niños y los adolescentes sólo cuenta con la información
que los padres y cuidadores han transmitido (información necesaria, pero no
suficiente) y con un saber general que existe sobre la adopción y el
acogimiento (conocimiento que desde la ciencia se ha
construido y que muchas veces hace imposible pensar una existencia feliz después
del paso por determinadas circunstancias) saber que por ser general no le
concierne a nadie en particular.
Es en
este punto donde nos tenemos que preguntar por el qué sucede con los relatos
que dan forma a esta historia y cómo se construyen estos cuando incluyen estas
separaciones. Qué representaciones recibe el niño de las personas de las cuales
se esperaba que asumieran sus cuidados. Qué representaciones se le brindan
respecto a las rupturas con su familia y qué influencia tienen sobre estas
cuestiones el imaginario social que
circula en relación a la infancia protegida. A veces las etiquetas que parece
que vienen en nuestra ayuda, pues nos proporcionar cierta tranquilidad, nos
privan de acceder a la verdad concreta que se está jugando en la actualidad.
Nuestra tarea como
padres consistirá en acompañar esta
construcción. Pero cómo podemos dar calidad a este acompañamiento y con qué
dificultades nos encontramos.
En
primer lugar debemos tener claro que no se trata en último términos
de aportar desde nuestro saber una historia oficial ni un saber científico, si
no de escuchar en el chico cuáles son sus preocupaciones y dudas en torno al
porqué. Nuestro silencio será muchas veces su mejor guía.
En
segundo lugar debemos tener claro que en este tema también entrará en
juego nuestro deseo. No sólo porqué se le separó de su familia o ésta no pudo
hacerse cargo de él, si no porqué nosotros le incorporamos a la nuestra. Nuestra historia entra en escena.
Solo dando sentido a los sucesos vividos, las personas
podrán acceder a una auténtica libertad.
Juan Alonso Casalilla Galán. Psicólogo. Psicoanalista
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarAcabo de encontrarme con este blog y me parece muy interesante. Con mi pequeña somos familia por adopcion hace casi 2 años. Ella tiene 11 actualmente. De parte de ella nunca surgen preguntas sobre su pasado o de porque le buscaron una familia, nunca nadie hablo con ella previo a avisarle que ya tenian una familia para ella. Las veces que he podido le he dicho que puede preguntar lo que sea, que lo que no sepa lo averiguamos, pero nada. No se si sacarle el tema mas seguido o dejarla que solita vaya haciendo ese proceso.
ResponderEliminarEs importante que te sigas mostrando disponible para hablar, eso es lo importante. Quizás la clave está en no insistir, pero a la vez no olvidar que existen y existirán muchos interrogantes en la niña que deben ser atendidos. Aunque no haga explícitas sus dudas...quizá no hayan alcanzado esta forma, lo importante es que no se sienta sola..sola no podrá hacer el proceso.
Eliminar