La llegada de
nuestro hijo/a y las tareas inherentes a la revelación actualizan muchos
de los desasosiegos y angustias que estaban detrás de nuestro deseo de
adoptar. Nuestro hijo corre el riesgo de convertirse en el
representante de esa circunstancia que queríamos olvidar gracias a la adopción.
Nuestro hijo no nos convierte de la noche a la mañana en personas
fértiles sino que nos obliga a transmitir esa verdad a los otros, pues
está en la base de su origen. Además nos sitúa frente a los demás
señalando esa condición, quizá no suficientemente elaborada. Tampoco contribuirá a la felicidad de la pareja, será un
proyecto, en tanto que común pondrá a prueba el ajuste de la misma.
No ocupará el lugar del hijo perdido, si el duelo por él no está
resuelto reavivará nuestras heridas. No contribuirá a que nos sintamos más acompañados, en muchas ocasiones
pondrá de manifiesto nuestra soledad.
La presencia de nuestro hijo traerá a la actualidad, hará
presentes, aspectos quizá olvidados o no suficientemente asumidos, tanto
de nuestro proyecto de adopción como de nuestra historia personal.
El origen nuestra paternidad/maternidad,
no se encuentra sólo en la circunstancias que le llevaron a ser
adoptable, se encuentra en el momento que decidimos adoptar, en cuales
fueron nuestras motivaciones, deseos y expectativas para él, qué lugar
queríamos que ocupara en nuestras vidas.
Su historia previa, sobre la
que tanto insistimos, no debe hacernos olvidar que el origen de nuestro hijo
está también en nuestra decisión de adoptar, en qué fue lo que nos llevó a
hacer nuestro al hijo de otros.
Nuestros malestares pueden
actualizarse, reavivarse, cuando nuestro hijo nos sitúa frente a interrogantes
relacionados con su historia: ¿Qué es lo que os hizo desearme? ¿Qué es lo que
os hizo convertiros en padres adoptivos? serán preguntas que estarán como telón
de fondo en muchas ocasiones.
La inadecuada elaboración de
ciertos aspectos dolorosos que estuvieron a la base de nuestra motivación
(infertilidad, esterilidad, soledad, duelos no superados) para adoptar
puede ser una dificultad permanente en la relación, estas dificultades se ponen
frecuentemente de manifiesto cuando abordamos aspectos relacionados con la
historia y origen.
Juan Alonso Casalilla Galán. Psicólogo. Psicoanalista.
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